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NOTA DEL BLOGGER: Reproduzco aquí el e-mail recibido de Harold Alvarado Tenorio (Revista Arquitrave), que a su vez reproduce el editorial del diario español EL MUNDO sobre el juicio a unos cuantos responsables del exterminio camboyano, otra "excepción" extrema que el comunismo mundial presenta como puntual y nunca como parte de una ideología tan nefasta y criminal como el nazismo y el fascismo. Ninguna variante de ningún "ismo" es una solución para los problemas del hombre.
Como siempre, son unos pocos responsables que se consideran a sí mismos también como "víctimas" porque tenían que obedecer órdenes o pagaban de la misma forma que sus verdaderas víctimas.
Y todo este horror, vuelvo a preguntarme, para qué. Y vuelvo a preguntarme cuántas veces más tendremos que asistir a sinrazones absurdas, y mucho más en un mundo que camina peligrosamente por la senda de la relativización absoluta.
David Lago González
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El festival del poeta Jemer rojo
Los camboyanos identifican al camarada Duch como el más cruel de los torturadores del Jemer Rojo, aquel que, poco antes de ser detenido para ser juzgado por su implicación en el genocidio de Camboya, admitió que "normalmente les cortábamos el cuello, les matábamos como a pollos".
Duch, jefe de los verdugos del centro de torturas de Tuol Sleng ("árbol de la fruta venenosa"), nació como Kaing Guek Eav en una mísera choza levantada a orillas del río Stung, en la provincia de Kompong Thon, en el seno de una familia de origen chino, el 17 de noviembre de 1942.
Con 14 años, consiguió una beca para estudiar en el liceo de su provincia natal, donde comenzó a interesarse por el comunismo de la mano del director del centro, Kim Huot, a quien en 1977 interrogó, torturó y mandó ejecutar como a tantos otros camboyanos "enemigos de la revolución" emprendida por el Jemer Rojo.
En 1962, este estudiante aventajado fue admitido en el liceo Sisowat de Phnom Penh, la capital, y dos años más tarde se matriculó en el Instituto de Pedagogía que dirigía Son Sen, quien ocuparía después el cargo de ministro de Defensa del Jemer Rojo.
De 14.000 a 16.000 personas, entre ellas ministros del régimen, diplomáticos, extranjeros, y hasta 2.000 niños, pasaron por el centro de torturas de Tuol Sleng
Fue entonces cuando Duch ingresó en el clandestino Partido Comunista de Kampuchea, gracias al jefe de la célula capitalina, el profesor Chhay Kim Hour, quien 15 años después y unos días antes de la caída del Jemer Rojo fue conducido con los ojos vendados al matadero de Tuol Sleng o S-21, y ejecutado por orden del que había sido su protegido.
De perseguido a perseguidor
Con su certificado de maestro, Duch encontró en 1966 empleo de profesor en el liceo Skoun de Kompong Cham, en el que ejerció hasta que dos años después se vio obligado a huir por haber sido identificado como miembro del partido comunista.
Duch fue detenido unos meses después por la Policía y encarcelado durante dos años y sin juicio en la prisión de Prey Sar, en donde la tortura a los presos se practicaba con asiduidad.
A raíz de la amnistía general declarada en 1970 por el primer ministro, el general golpista Lon Nol, se trasladó a territorio controlado por el Jemer Rojo y a una zona situada en las faldas de la cordillera de las Cardamon, en calidad de jefe de prisión o de 'Seguridad Especial'.
La primera prisión que Duch montó alejada del frente, en la jungla del noroeste, fue la denominada M-13, a la que siguió otra llamada M-99, en las que se cree que fueron ejecutadas cerca de 20.000 personas.
Perfeccionando métodos de tortura
En esa época perfeccionó diferentes métodos de tortura para extraer información a los presos, y cortejó a Chimm Sophal o Rom, una costurera con la que tuvo cuatro hijos.
En enero de 1979, con las tropas de Vietnam en las puertas de la capital, Duch y sus verdugos huyeron, sin tiempo para destruir miles de documentos y fotografías de las víctimas
En abril de 1975, el camarada Duch y sus hombres siguieron los pasos de las fuerzas revolucionarias del Jemer Rojo que entraron victoriosas en Phnom Penh, para cumplir la orden de montar el centro de interrogatorios de la policía política, conocida por 'santebal', que en principio dirigió Ion Lon, alias Nath.
Un año después, Duch fue ascendido a comandante de Tuol Sleng, un edificio rodeado por altos muros situado en uno barrio del sur de la desierta capital y que antes fue una escuela.
Durante cerca de tres años, el torturador jefe residió con su esposa en una casa de dos plantas contigua a la cárcel, que tenía un amplio garaje en el que aparcaba varias motocicletas y coches, incluido un jeep de la marca Ford con el que solía trasladarse, escoltado siempre por al menos tres guardaespaldas.
De 14.000 a 16.000 personas, entre ellas ministros del régimen, diplomáticos, extranjeros, y hasta 2.000 niños, pasaron por esa prisión provista de alambradas electrificadas, para ser torturadas y asesinadas después en el campo de exterminio de Choeung Ek, situado a unos 15 kilómetros de la ciudad.
Caída del régimen
A finales de 1978, la paranoia del Jemer Rojo estaba totalmente descontrolada, y como más y más gente llegaba a Tuol Sleng, Duch ordenó, por falta tiempo, acelerar las ejecuciones sin interrogar antes a los detenidos.
En enero de 1979, con las tropas de Vietnam en las puertas de la capital, Duch y su pelotón de verdugos fueron de los últimos en huir, sin tiempo para destruir miles de documentos y fotografías de las víctimas.
Como los dirigentes y miles de guerrilleros del Jemer Rojo, buscó refugió en las junglas que tapizan la región oeste de Camboya, colindante con Tailandia, donde años después estableció contacto con organizaciones no gubernamentales que asistían a los camboyanos en los campos de refugiados ubicados en suelo tailandés.
'Cooperante' tras caer el régimen
Tras un año en China enseñando jemer en el Instituto de Lenguas Extranjeras de Pekín, Duch regresó a los campos de refugiados, donde impartió clases de matemáticas y aprendió inglés para relacionarse con los cooperantes, que desconocían su verdadera identidad.
Por entonces se hacía llamar Hang Pin, y trabajaba también para la secretaría de Pol Pot, el máximo líder del Jemer Rojo, fallecido en abril de 1998.
En octubre de 1991, tras la firma del acuerdo de paz de París, Duch y su familia se trasladaron a vivir a una aldea del interior de Camboya, pero cuatro años después, a raíz del asesinato de su mujer por unos bandidos, se mudó a Svay Chek, donde adoptó el credo evangelista y se hizo pastor.
Las autoridades camboyanas conocían su paradero desde hacía años, pero Duch no fue detenido hasta mayo de 1999, tras ser publicada la entrevista que concedió ese mismo mes al periodista Nate Thayer y al fotógrafo Nic Dunlop, del semanario Far Eastern Economic Review.
Después de que fuera desenmascarado, Duch comparó su vida a la de San Pablo, quien abrazó el cristianismo y se convirtió en uno de los apóstoles más activos de Jesucristo.
http://www.elmundo.es/elmundo/2009/02/17/internacional/1234862791.html
El Mundo, Martes 17/02/2009.
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