viernes, 27 de febrero de 2009

ANTONIO LUCAS entrevista a Ernesto Cardenal para El Mundo (España), 27 de febrero de 2009

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SinPalabras Siempre hay razones para quedarse SIN PALABRAS, de la misma forma que Isel (Rivero) decía "siempre hay alguna razón para mirar hacia atrás", por aquello de la paranoia, aun cuando esta consecuencia no deseada ha servido a la mediocridad blogosférica para insultarme alguna que otra vez en sus páginas de éter  (uuy, esto suena tan horrible como "lágrimas de urea", pero se queda, da igual).

Antonio Lucas es poeta y periodista del diario El Mundo, que publica hoy una entrevista suya a Ernesto Cardenal --parece que no está disponible en la versión digital del periódico pues no he podido dar con ella de ninguna forma-- bajo el contundente título de "FIDEL NOS ACERCA EL REINO DE DIOS EN LA TIERRA."  Estupefacto y putrefacto quedeme.  Cada día tenemos que recibir una gota más de arsénico por haber nacido en aquellas tierras y seguir pagando el estigma del error de no haber sido nunca Las Indias, y a partir de ahí nunca fuimos nada.  Nada más que un espejismo.  Por esa misma razón, ni diez mil yoanis, ni veinte mil gorkis, ni cincuenta mil hijos no abortados de biscet, ni cien mil periodistas independientes, ni jack lang ni terenci moix ni fe-esperanza-y-caridad ni obama con su perrita pekinesa, son suficientes para quebrar La Gran Sombra que nos sume en eterna miseria espiritual, porque ¿acaso se puede luchar contra los fantasmas, contra lo que no existe, contra lo que nunca ha existido?  Dios nos castiga severamente y nos hace oír frases como la de este engendro nicaragüense de poetastro-cura o curita con ínfulas palabreras.  ¡Malhaya el agua, malhaya, y el aire que te lo hundió!

En dicha entrevista me encuentro con perlas como ésta:  "Mi fe es en Dios y Marx es el vehículo de ese método científico y sociológico para cambiar el mundo, pero con Dios como meta.  A través de los dos entiendo que es posible alcanzar un mundo de justicia, fraternidad y amor.  Marx nos presenta una herramienta ideológica para lograr la sociedad comunista perfecta, sin clases.  En ese sentido, ambos están muy cerca.  Marx está en la misma línea de los grandes profetas bíblicos."  Sí, y yo estoy en la misma línea de Job con su santa paciencia...  Los representantes de la Iglesia dejan mucho que desear últimamente: unos niegan la Shoah y otros ensalzan el comunismo.  Por eso, mi héroe, mi gran y único héroe, siempre será aquel borracho llamado Boris Yeltsin que llegó a prohibir el partido comunista y se subió encima de un tanque de guerra.  Como siempre, nadie quiso escuchar.

Pero Cardenal sigue desgranando flores por esa boca santa que Dios le dio y San Pedro se la bendijo.  Siempre según Lucas, habla así de la Cuba de los años 70, década en que descubrió la sabrosura revolucionaria: "(...)  Allí encontré una sociedad evangélica, como la que pretende realizar Cristo en los Evangelios.  No había clases sociales.  La igualdad era posible.  No había prostitución.  Ni droga.  Nadie dormía bajo un árbol... No había abundancia, pero sobre todo no había miseria.  Para mí era una sociedad tan perfecta como la monástica (...)"    Y he aquí la idea de la perfección que el predicador tiene y sustenta: la disciplina, el rigor, la oscuridad del monasterio.

Decididamente reivindico el pecado original, Adán, Eva, la serpiente... y esa manzana.  Esa manzana que nos permite mandarlo todo al carajo.

(C) 2009 David Lago González

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estupendo articulo, David! El Vaticano siempre ha estado en parabienes con el PODER, sea cual sea, se ha aprovechado de la inocencia, o el candor, de los pobres infelices, hasta Cristo fue/es víctima de Roma -antes de existir el catolicismo, en su formación y en su desarrollo. En el nombre de Dios ha cometido crímenes de lesa humanidad, lo que no quiere decir que no hayan existido hombres de la iglesia que hayan ejercido con dignidad el sacerdocio, fieles a una vocación humanista,como el Padre Varela.
Claro, el Holocausto no existió, y menos para ellos, que cerraron las puertas de sus iglesias a los judíos para congraciarse con Mussolini y Hitler, mientras morían millones de personas en los campos de concentración o eran ametralladas impunemente en plena calle, sin olvidarnos de mencionar los guettos, los registros violentos, la estrella en la solapa, la noche de los cristales rotos y tantas cosas horribles que sería largo enumerar. De todo esto fueron cómplices. En nuestro propio terreno histórico tenemos, por sólo enumerar un caso aislado y no extenderme, las matanzas de indios, la sangrienta conquista que con la cruz justificó las muertes de miles de personas en la hoguera, te imaginas, los bendecía un cura antes de morir!!! Por Dios, cuánta masacre, cuánto injustificado proceder!
La Iglesia Católica moderna no es más que un eco de sus orígenes (y le pido excúsas a los creyentes verdaderos que poco o nada tienen que ver con esto): corrupción,(qué tal la corrupción sexual de/a/con niños???) intrigas políticas, vicios, perversión, engaño, extorsión, conciábulos con dictaduras criminales como la de Cuba, etc. Un asco, un asco mayor. A mí personalmente me importa un bledo lo que se diga, hablo lo que pienso que tengo que hablar, y el tal Cardenal que se vaya a Cuba a limpiarse el trasero con el periódico Granma -o mejor, con lo que queda del susodicho periódico-
y que el verdadero Dios, ese que habita en el templo del alma sin barreras ni paredes oscuras, y menos con biblia marxista bajo el brazo, lo perdone algún día por ser capaz de apoyar un régimen que tanto daño ha hecho a su pueblo.

Karin

Anónimo dijo...

¡De lo cual se deduce que el Paraíso debe ser un infierno!
Abrazo