La Noche Temática del pasado sábado en el canal 2 de Televisión Española versó sobre Cuba. Se compuso de dos partes: un documental y la película "Miel para Ochún" protagonizada por "Pichi".
Creo que con anterioridad había visto la película o, al menos, una buena parte de ella, y, por supuesto, ni me cruzó por la mente someterme voluntariamente a tal tortura, máxime cuando desde hace años otro de mis "desprendimientos" fue negarme a ver cine cubano.
Pero sí vi la mayor parte del documental, que no sé por quién estaba filmado. El documental era bueno debido a su sutileza. Por una parte iba la narración y por otra parte las imágenes. Estas últimas solían ser lo contrario a lo primero, o, más exactamente, no lo contrario sino lo complementario, la realidad. Otras muchas veces, al ver cosas sobre Cuba, siento indignación, impotencia, rabia. En esta ocasión sentí una gran tristeza, casi dolor. No sé si ha habido premeditación o se ha producido de forma natural, pero es obvio que la Revolución cuenta a su favor con un escudo humano que, de producirse un cambio, será el gran problema nacional. No tiene nada que ver con las distintas manifestaciones de la política, o de ideologías inexistentes y ahora re-inventadas a la fuerza. Tiene que ver con lo humano, y sabemos que el ser humano es tan inflamable como una vieja moqueta. Ahí radica el peligro del cambio.
(C) 2009 David Lago González
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