lunes, 18 de mayo de 2009

HOY LOS DIARIOS HABLAN DE TI

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(FALLECIMIENTO DE MARIO BENEDETTI)

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Mario Benedetti

Lo han cubierto de afiches /de pancartas
de voces en los muros
de agravios retroactivos
de honores a destiempo
lo han transformado en pieza de consumo
en memoria trivial
en ayer sin retorno
en rabia embalsamada
ha decidido usarlo como epílogo
como última thule de inocencia vana
como añejo arquetipo de santos o satanás
y quizás han resuelto que la única forma
de desprenderse de él
o dejarlo al garete
es vaciarlo de lumbre
convertirlo en un héroe
de mármol o de yeso
y por lo tanto inmóvil
o mejor como mito
o silueta o fantasma
del pasado pisado
sin embargo los ojos incerrables del che
miran como si no pudieran no mirar
asombrados tal vez de que el mando no entienda
que treinta años después sigue bregando
dulce y tenaz por la dicha del hombre

"Che 1997" Mario Benedetti

 

-o-

 

HOY LOS DIARIOS HABLAN DE TI

HOY los diarios hablan de la muerte en Montevideo del poeta y escritor Mario Benedetti. Gran figura de la izquierda latinoamericana y, por contagioso hechizo, del mundo mundial que en un tiempo quiso ser internacionalista y hoy es global. Salvo algunas tristes excepciones, ya lo mismo se muere en Montevideo que en París o Madrid, o en Moscú, en Roma, que en Singapore o en Brooklyn. Quiero decir, no es lo mismo pero se va a saber con la misma celeridad. Todos los diarios del mundo —cada cual según su franja horaria— van a repetir la misma noticia y todos los escogidos por el dios de la libertad de expresión “convencional” van a decir lo mismo según los cánones del acto comedido y los buenos modales periodísticos. Ni siquiera uno, que no pertenece a ningún gremio oficioso, se libra de mantener la compostura.

Como por esas cosas raras de la vida, yo nací y viví en uno de los países donde él encontró exilio de terciopelo gracias al régimen político que ha sobrevivido al mero cantor. Con este tipo de fanáticos incondicionales (¿es redundancia?) yo establezco una valoración que escapa a toda lógica, sobre todo en el caso de que sean extranjeros: ¿por qué no obvio la babosería política en Benedetti y sí la paso por alto en Antonio Gades, en Joan Manuel Serrat, en no sé cuántos más? Confieso que el oír su nombre siempre vinculado a las más altas esferas del poder establecido, determinó sobremanera que le conociera mal y poco; en fin de cuentas, los efectos colaterales no se inventaron con la Guerra del Golfo, ya existían desde siempre. En El Mundo de hoy —que es el único diario que he comprado el 18 de mayo de 2009 porque las personas como yo compran, si acaso, un único periódico al día— se le dedican las dos páginas centrales, resaltando que uno de los textos que lo humaniza más es el escrito por su compatriota Cristina Peri Rossi bajo el título de “Amamos tanto a Mario” (no he hallado link directo al artículo pero en El Blog de Santiago González se le cita abundantemente y en cierta forma se completan aspectos de la personalidad y la historia del escritor fallecido).

Pues eso, que a pesar de algunos poemas buenos, no le perdono su incondicionalidad con el comunismo cubano. Y tampoco me da la gana de perdonarle su homofobia recalcitrante ni haber secundado sin arrepentimientos posteriores el escarnio de un gran poeta, Heberto Padilla. Porque ni la CIA ni el KGB, ni la Seguridad del Estado cubana ni la Gendarmería Francesa ni los carabineros ni los dictadores sutiles ni los evidentes, ni siquiera los gobiernos y el poder más democrático, están por encima de la poesía, sobre todo cuando es buena y grande.

© 2009 David Lago González

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dejar a los muertos en paz!

David Lago González dijo...

Anónimo, la muerte no otorga el grado de santidad a nadie. En todo caso la dignidad de las personas en vida confiere una mayor respeto a su muerte, pero no es el caso. De cualquier forma, "el caso" que nos ocupa es bastante intrascendente como para dedicarle mayores comentarios.