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Anoche vi parte de La Noria, ese programa televisivo que es un hijo menor de Crónicas Marcianas. Como saben los teleespectadores españoles del Canal 5, en el extremo inferior de la pantalla aparece una banda donde se van sucediendo MSNs dejados por la empleomanía. En medio de un "traído por los pelos" debate sobre la politización de la Semana Santa española con respecto a la revisión de la ley del aborto, porque en definitiva la realidad no ha sido para tanto e incluso creo que es uno de los años en que más horas televisivas he visto dedicadas a los distintos actos de fe propios de dicha semana, de pronto vi un mensaje tan total, contundente, exagerado, definitivo, que verdaderamente me dio pavor. Decía "Dios es la imagen de la derecha". Yo no soy especialmente católico, pero obedezco a la religión católica y a un modo de cultura cristiano por ser occidental. Cualquier otra religión me es ajena, excepto la judía por una cuestión de respeto a mis ancestros sefarditas. Pero las respeto absolutamente todas, aunque ninguno de sus excesos fundamentalistas. Creo que más bien me acerco, como definición, a eso que los norteamericanos podrían llamar "spiritual". Esa frase, esa sentencia, me asustó tanto que todavía pienso en ella.
Mi paz interior es mi dios. Mi paz conmigo mismo, con los que he querido y quiero. Dios está en el centro de mi pecho. Y puedo tocar ese punto por igual con la mano derecha o con la izquierda. Verdaderamente me regocijo al anunciar al mundo que soy uno de sus habitantes más dichosos.
(C) 2009 David Lago González
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