Comentando las últimas "breaking news"

Algunos días alejados de mis blogs por imperativos filiales, contratiempos mil, viajes nacionales y europeos, criminales dolores de pies y un infinito cansancio que hace mella en mí --esto me suena como a Pablito Milanés--, en fin, todo eso que una persona muy MalZana, muy MalZana, sobrepasando el nivel de cualquier insulto guaricandilloso, comentó (creo que en un post de Penúltimos Días, vicio que final y felizmente he logrado dejar a un lado): "Envejece mal, y además es pobre."

Pero, bueno, aquí estoy.  Todavía.

ETA derrumba edificios donde duerme y vive la gente que milagrosamente escapa a la muerte (Burgos), y mata a dos guardias civiles de menos de 30 años en Baleares (casualmente uno de ellos vivía en la casa-cuartel que había sido explosionada en Burgos el día anterior).

Mañana domingo, si uno va recorriendo los tenderetes de la extrema izquierda que toman la Plaza de Tirso de Molina, podrá oír comentarios "por lo bajo" ensalzando estas maniobras, así como cualquier otro tipo de cosa que se puedan imaginar a favor de la sutil y taimada revolución bolivariana, sobre Cuba-gobierno o en contra del "golpe" militar en Honduras.  Y no pasa nada.  Tenemos libertad de expresión, sobre todo la clase de libertad que no dejarían ejercer los que se aprovechan de la existente.

Así es, pues, que Chávez prepara --dice El País-- una Ley Especial que condena --cito textualmente el texto de la noticia en el periódico-- "de seis meses a cuatro años de cárcel por difundir informaciones que atenten contra la estabilidad del Estado, la paz social o la salud mental y la moral pública.  Puede ser condenada cualquier persona que se exprese a través de los medios de comunicación, y sus dueños y directivos."  Y "de seis meses a cuatro años de prisión por divulgar noticias falsas, alterar la tranquilidad pública, o producir perjuicio a los intereses del Estado.  El mismo castigo está reservado para quienes manipulen o tergiversen una noticia o generen una falsa percepción de los hechos".  Sin duda alguna, la "seguridad" venezolana ha tomado buena nota de las seminarios intensivos que debe estar recibiendo de la súper-especializada y rematadamente eficaz "seguridad" cubana.

En realidad no sé si los comentaristas y periodistas se alarman con estos ruidos, o ya lo tienen asumido y callan como putas, o, cabe decir, como "representaciones gubernamentales" que respetan el derecho de no injerencia en los asuntos externos de un país.  Huelga decir que para los que hemos vivido, aunque sea la mitad de la situación cubana in-situ, leer o ver estas cosas en un telediario es revivir la historia, que se repite en cada caso --tipicidades aparte-- desde la revolución o golpe de estado bolchevique.  En mi caso particular, me produce una profunda tristeza y una más que profunda impotencia, que, algún día, de forma individual --y recalco: in-di-vi-dual-- me gustaría transformar en energía "bonzo" o "unabomber".  Lamentablemente no creo en nada por lo que pueda luchar, no creo en nombres propios ni en asociaciones de ningún tipo, y no participaré en otra manifestación nunca jamás ni firmaré una carta a favor de nadie ni en contra de nada.  Todo en mí se reduce al individuo, y tres ya son multitud.

By the way, me pregunto si todavía en Camagüey figuraré en la categoría de "peligroso social" y mis fotos en la calle y parques (tomadas sin mi permiso, gotta call my agent anyday...) siguen viajando de comisaría clandestina a comisaría oficial por la inclemente asoleada ciudad agramontina.

Más al centro de la América que quizás nunca debió haber sido descubierta --y mucho menos menos colonizada por el Imperio Español--, Mel clama ayuda a los Estados Unidos y quiere crear una guerrilla (¿quiere emular al Che también?).

El drogata mariconzón (la palabra es de Fidel) de Benicio del Toro se lleva a James Caan  --¡el Santino de Godfather I, Dios mío!-- y a Robert Duval a Cuba.  Mi amiga Liliana Fedexkaia me cuenta que Carly Simon le había cantado "You've got a friend" a Fidel mismo, tomándole una de esas asquerosas manitas cinceladas por mil manicuras, y Gladys Knight y otra tanta gente que me gusta y admiro, sienten pasión por esa enfermedad que a mí me mató en plena pubertad.

Para colmo, hace un par de días vi a Moratinos "interesándose" por la suerte de los españoles en Venezuela, y una señora que contaba que le pusieron una pistola en la sien --el populacho, querida, la chusma-- y la sacaron de su cama y de su propiedad para quitarle todo.  No sé si sentirme "recocijado" por la suerte de estos españoles-venezolanos, ante el desentendimiento y en definitiva la aprobación del gobierno franquista cuando sucedió lo mismo y peor con sus ciudadanos en Cuba, que todavía seguimos esperando compensaciones y consideraciones y para los que Zapatero no parece tener memoria histórica.

(C) 2009 David Lago González

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