viernes, 19 de septiembre de 2008

Tirofijo y el exterminio (Crimen contra la Humanidad)

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Desde hace días vengo observando los reclamos que Tirofijo deja por doquier para que accedamos a posts puntuales de su blog. Finalmente entré. Haciendo a un lado algunos giros violentos del lenguaje o epítetos o consideraciones muy particulares suyas que no me interesan lo más mínimo tratar, su planteamiento, si bien incendiario, no es inadmisible ni totalmente absurdo. En alguna parte de este soliloquio bloguero (yo no hablo para nadie: me comunico con una pantalla, que puede ser una pared o una persona, pero todo lo demás es magia), recordé aquella añeja obsesión de El Marido de Todas de convertir La Siguaraya en arena (aunque sea arena fina y mar desnudo) antes de que llegaran los americanos. Lo de “llegar los americanos” no se acaba de entender bien porque nuestro Marido se peleó a muerte con ellos pero resulta que no puede vivir sin ellos, y son ellos (¿ellos va con e mayúscula?) los únicos que pueden salvar a La Sigua de su destino de arena desnuda y mar descalzo y lleno de ñáñaras. ¿Entiende algo la respetable empleomanía? De ahí que no sea tan desacertado —simplemente como tema de conversación, burla o espanto— volver sobre el punto 2 de su post sobre El Exterminio, y estar de acuerdo con Tirofijo y esa especie de drapeado chiapeño o chiapense que cubre el rostro que se supone habrá debajo, en que a nuestro Maridito le importamos un comino (y utilizo el plural, si me lo permitís, variada fauna y flora, porque, cojones, mira que hace años que salí de aquella puta isla de mierda —de la que incluso ya había salido espiritualmente mucho antes— y todavía sigo allá) y no aparece una UNO (uso las siglas en inglés para que tenga sentido con lo demás) ni una DOS ni una TRES ni de pronto desciende la Santísima Trinidad sobre nuestro super-mega-guai-fashion juez Garzón que le aplique al Desgraciao Ése del Marido de Todas ese PUNTO NÚMERO DOS que indica Tirofijo y que le viene tan bien.

¡Ay, qué penita, Señor!  El mundo tiene que acabarse.

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© David Lago González, 2008.

1 comentario:

TIROFIJO dijo...

Honor que me hace. Gracias Sr. Lago.