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Hace mucho tiempo que pensé que, habiendo leído tanta cosa inconsistente sobre la historia reciente (que ya es vieja también) de la mayor de las Antillas donde una vez nací, debía desconfiar seriamente de todo cuanto la prensa publica sobre otras partes del mundo porque ¿por qué va a ser La Siguaraya el único país que se sumerge por igual bajo el rubor de la ingenuidad o la babita depravada del cinismo?
En realidad, al cabo de tanta basura leída, escuchada y vista, creo que la expresión con que bautizo estos comentarios queda tan empequeñecida que es el más profundo silencio el que la cubre.
La prensa nacional parece seguir debatiéndose entre chismorreos contradictorios. Espías de pacotillerías (¿Paco Tullerías???) que ni siquiera llevan al ojo vigilante que en otros tiempos conocimos los nacidos en aquella especie de tierras sin especias, en que por arte de birlibirloque te podían acusar de haber entrado a tu casa con una bolsa y haber salido tirando de una vaca. ¡Qué tiempos aquéllos! Es lamentable el infundio pobre y la poca destreza del embozo “inquinante” que va de gallardones a esperanzas. Ah, Señor, añoro la elegancia de aquel cuarteto que en Alejandría jugaba al escondite entre los dedos de Durrell... ¡Cuánto miserable espíritu se mueve por estos escenarios! Horteras vestimentas de calderillas que ni siquiera sobrepasan los mil talentos para esa especie de masculina sirena mediterránea cuya caída de ojos es como un invierno en el polo y se mueve como un crooner lentísimo tarareando That’s Life desde la cabina de depilación al bronceado tipo sandwich. Podrá ser lo más honrado del mundo, pero su presencia me resulta tan irritante.
De cualquier forma, la honradez es tema harto confuso según se escala en el andamio socio-político. A los quince (quince son tres veces cinco) años de pensión mía que nuestro mega-super-guay y omnipresente juez con ataques de ansiedad obtuvo de ganancias en la horrible sociedad de consumo y ese país terrible y asqueroso todavía en tiempos del sanguinario fascista Bush, ahora se une saber, conocer, adivinar y sentir en mis entrañas doloridas que la UGT —la UGT, que quiere decir Unión General de Trabajadores, trabajadores— le pagó todo un año de pensión mía por una conferencia de una hora que dio en Avilés, Asturias, y, no contento con eso, el tipo, ansioso perdido, un mes después repite la misma conferencia en México cobrando sabrá Dios cuánto.
Todo esto lo dicen los diarios en el día de hoy, 16 de marzo de 2009. Los interesados, que googleen. Yo, con el permiso de ustedes, voy a vomitar. Pero para cuando después que lo haga y me tome un baño para refrescarme, por favor mamá prepárame la camiseta del Che que es la que me voy a poner esta tarde para sacar a pasear al perro.
© 2009 David Lago González
1 comentario:
Es asqueroso, si, no hay duda, pero no sorprendente. Ya nada me sorprende, es como el caso de Sebastian Pinera, el candidato presidencial chileno que critico a la Bachelet por reunirse con FC y ignorar a los disidentes-que a mi me molesto, no que va, me enfurecio-pero resulto que cuando el fue a Cuba se reunio con Fidel dos veces, tampoco hablo con la disidencia, y para colmo estaba explorando la posibilidad de inversiones en la industria turistica en Cuba para explotar a los obreros cubanos de la misma manera-o algo parecido-que te explotaron a ti, jugando con su pension, hay ladrones esparcido por el mundo, pero al menos este va a tener que pagar, aun que no van a restituir lo que te robaron, asi que la justicia no es completa, soy adicto a tus escritos. CS
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